Chinito regresa a casa - Enviado y publicado en el Diario El Correo

Todos quieren al chinito, todo el Perú le aclama, unos para que encare a la justicia por sus gravísimos problemas, otros para que el fujimorismo siga, no rebrote, pues para ellos el fujimorismo no ha muerto, ni siquiera ha enfermado. Todos le piden que regrese a casa, a la casa llamada Perú que viera al desconocido favorito en las encuestas faltando dos meses para las elecciones presidenciales de 1990, al héroe presentando al revolucionario comunista, al conciliador del caos, huelgas, coches bombas, al destructor del terrorismo. Pero ahora la mayoría del pueblo peruano no le grita con algarabía “¡el chino, chino, chinoí”. Ahora lo hacen con rabia, con ganas de ser respetados. Ya no hay Ana Kholers con lemas zalameros “este es el baile, este es el ritmo que a todos encanta, el ritmo del chino, ya está en la costa, ya llegó a la sierra, también en la selva, el ritmo del chino”. Ni Carlos Alvarez para parodiarlo en sus campañas, ni otros artistas que se involucraron en sus mítines. Todos ya aprendieron la lección. Y es lo que él debería aprender.

La rabia por la extradición ya está en la costa, ya llegó a la sierra, también en la selva. Chino, todo “tu” Perú pide que regreses, que tu extradición no quede en papeles archivados por la injusticia internacional. Ahora tendrás que responder por las incógnitas que hasta hoy no se resuelven. Los familiares del caso de Barrios Altos, los del caso La Cantuta aún lloran por sus víctimas, desgarradoramente piden justicia. Las quince personas, y el niño que lloraba al atestiguar su padre muerto, piden castigo. Ya basta de que sólo se juzgue y condene al abogado arequipeño con titulo falso: Montesinos. El eterno sacrificado culpado de toda catástrofe del Gobierno en que los dos fueron aliados, amigos.

Ahora bien sabemos que tu frase “Detrás de esa cara bondadosa ahora sabemos que se escondía un personaje diabólico”, no sólo le caía perfectamente a Montesinos, a ti también te cae, como si fuesen dos piezas indispensables en un rompecabezas de alguna imagen diabólica. Ya no más lamentos de inocente, o de nuevo quieres venir a hacerte el loco, a hacernos los cholitos, como aquel día novelesco en que saliste enfurecido con la prensa y el Ejército a buscar a tu ex amigo Vladimiro Montesinos.

Pero es hora de resolver las incógnitas que hasta hoy no se resuelven; el falso fiscal que ayudó a sacar 70 maletas de vladivideos, el avión transportador de droga, los diarios comprados, la tv comprada, desapariciones de personas que se oponían y denunciaban a tu dictadura. Montesinos ya cumple su condena, ya en unos saldrá libre (la justicia no es tan justiciera) ahora te toca a ti. Ven, así como antes lo hacías todo airoso, con tu sonrisa cachacienta, con tus lentes de profesor, y responde por la dictadura, corrupción y por la violación de Derechos Humanos que en tu régimen gobernaron. Chinito regresa a casa.